miércoles, 27 de mayo de 2009


VAMPIRISMO

El vampiro, un ser que murió, pero no esta muerto, que es más que humano. Él puede regalar un muerte innoble, reducir al hombre a simple aliento, puede hacernos vampiros, darnos la vida eterna, la juventud. Todo por tomarnos el alma y nuestra calidad humana.

Esta es la leyenda que a lo largo de la historia nos ha llegado; pero cual es la verdad detrás de todo esta mezcla de mito y realidad.


LOS ORÍGENES

Toda historia tiene, por lo general, algo de veracidad, aunque sea una pequeña porción. El vampirismo no iba a ser la excepción.

Para muchos investigadores, el verdadero Drácula fue Vlad Tepes, quien nació en Sighsoara, Rumania, algún día de 1431 (Otros autores aseguran que el lugar de nacimiento de Vlad Tepes fue Transilvania).

Su padre era un caballero de la orden del Dragón, y se ganó el apodo de "Dracul", que en buen rumano quiere decir "diablo". Vlad heredó el "honor" de su padre, y se pasó a llamar Vlad Draculea, es decir, hijo de Dracul. De todas maneras, la historia lo recuerda como Vlad Tepes, que significa "Vlad, el empalador". No en vano recibió ese nombre, pues una de sus aficiones más adoradas era empalar a sus víctimas.
Pero no es el único personaje tildado de "vampiro". Existen otras historias que aparentan tratar de estos seres. Por ejemplo, en el siglo XVII comenzaron a publicarse relatos sobre este tema, supuestamente verídicos. Uno de ellos relata la exhumación del cadáver de un vampiro ocurrida en Belgrado, en 1732: "Estaba inclinado hacia un lado. Tenía la piel fresca y rubicunda; las uñas largas y perversamente torcidas; la boca cubierta con la sangre absorbida la noche anterior. Por lo tanto se atravesó el pecho del vampiro con una estaca. Éste profirió un alarido terrible mientras la sangre brotaba abundantemente de la herida. Luego fue incinerado hasta que quedó convertido en cenizas".
Quien crea esto debe estar muy enajenado. Bueno, más tarde, el cristianismo le agregó al mito del vampiro un origen: estos eran cadáveres animados por un demonio. Como vemos, el tiempo fue dando forma a una leyenda que hasta nuestros días llega bastante remozada.

PRIMEROS VAMPIROS

En occidente el mito del vampiro no era una creencia muy enraizada. De hecho, según podemos leer en la obra de Daniel Cohen, "Enciclopedia de los monstruos", la palabra para definir vampiro en inglés apareció recién en 1734.

El primer vampiro de la literatura inglesa sería lord Ruthven, quien aparece en una novela escrita en 1819. El autor de este libro, llamado simplemente "Vampiro" fue John Polodori, doctor personal del poeta lord Byron.

Más tarde, en 1847, apareció Varney, the Vampyre, que adquirió cierta popularidad al ser publicado como novela de folletín. Pero quien marcaría pauta y dictaría cátedra en esto de los vampiros sería Bram Stoker y su libro Drácula. (1897)
Y acá volvemos con nuestro adicto al empalamiento, Vlad Tepes. Muchos autores afirman que es posible que Bram Stoker se haya basado en el empalador para crear su obra cumbre, que dicho sea de paso se convirtió en todo un éxito apenas fue publicada.
No está demás decir que el castillo de Drácula en Bran, Brasov, Rumania, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todos aquellos que gustan del vampirismo. Es un centro turístico de importancia dentro de Rumania.
Es preciso mencionar que ciertas ideas que se tienen acerca de los vampiros son creaciones insertadas en trabajos literarios o películas de cine relativamente recientes. Entre estas ideas podemos tratar aquella que supone que los vampiros se pueden convertir en murciélagos. Que sepamos, Vlad Tepes jamás pudo hacer semejante gracia. De todas formas, no han faltado quienes creen en estas historias, y se han dedicado a la caza de vampiros. Es el caso del doctor Johannes von Lobel, quien participó en una cacería de "hombres-murciélago" en Serbia y dijo que era capaz de percibir un ligero pulso en los cadáveres que, en su opinión, eran de vampiros.



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